viernes, marzo 23, 2007

DE CUANDO PECHUGA DE POLLO ES TAMBIEN JUEVES

Las caricias que mojan la piel y la sangre
amotinanse marchitan cuando
las toca la sucia rutina”.
Joaquín Sabina


Quizás en la rutina diaria, y con el mero objetivo de trazarnos pequeños “avisos” pre fin de semanas, nos vamos inventando cosas que nos adviertan la proximidad del viernes.

El que tiene tareas diarias, puede que llegado el jueves, tenga que archivar cosas en el depósito. Entonces su mente asociará el verbo “archivar” con la idea de la “muerte” pronta de la semana laboral.

Estará quien tenga que retirar a su hijo de las clases de saxofón, entonces podrá relacionar “aproximación del domingo” con el sonido del invento de Adolphe Sax.

El deportista entonces, podrá almacenar en su mente una estrecha relación entre el termino “concentrar” con “domingo ocupado”.

En mi caso los términos culinarios tienen diferentes connotaciones:

Decir “Wok de verdura y pollo” es simplemente renunciar a todo placer, porque esta completamente confundido con el día Lunes.

Quien tiene doble sentido y dependerá del punto de vista por el cual se lo tome es el “Matambre a la pizza”. Este implica en ambos casos Miércoles. Pero es, como decíamos, arma de doble filo. En un sentido nos hablara de la mitad de la semana, de un vaso “medio vacío”, como también nos recordara que ese día el turno es mas largo. Las horas se extienden y el regreso a casa es, desgraciadamente, será largo y penoso.

“Pechuga de pollo” es primo hermano de “Menú canelones”. Ambos provienen de la familia de los “platos salvadores”.

El primero refiere a jueves, o sea anteúltimo paso, víspera, antesala del viernes. A su vez, la pasta, nos conducirá al día más feliz de la semana, al último, al que nos avisa que tendremos franco. Que murió otra secuencia rutinaria inquebrable.

Así cada día, así cada semana, así cada instante. Y la narración podría terminar feliz, pero cabe aclarar que también trabajo el Sábado.