jueves, mayo 03, 2007

ENTREVISTA

No se si una cosa es efecto de la otra. Lo cierto es que las banderas de los países, sus formas, sus colores, tienen real connotación con la idiosincrasia del mismo, con su gente, su cultura, su forma de ser.

La pregunta seria quien se termina pareciendo a quien. Es decir, ¿Será porque entendemos que, por lo general, la cultura brasilera es de índole festiva y carnavalesca, que luego asociamos la conjugación de “verdeamarelo”, con tales formas de ser? ¿O bien su bandera presenta sus colores por sabia, y certera, decisión del destino?.

Es como aquella premisa de que los perros terminaban pareciéndose a sus dueños. ¿Puede que el dueño ya era parecido al perro?.

A efectos de evacuar estas dudas “Me Gusta Igual” puedo contactar a Jack Robert, un sociólogo francés.

Nacido en Francia en 1922. Estudió en el Liceo de Borbón y en la Escuela Normal de París, donde orientó su vocación hacia las Letras. Luego de obtener el título de profesor, dio clases en Amiens y Versalles y, a los 24 años, obtuvo el doctorado en letras en la Sorbona.

Tentado por el poder del dinero se embarco a Londres y luego a Houston, donde radica actualmente. Dedicado íntegramente a la sociología, escribo varios libros y tesis.

Como es natural en este portal, luego de varios ruegos, suplicas, llantos, y (hasta una amenaza), Robert accedió a detallarnos algunos ejemplos que evoca en su libro “Because of the flags?”
Aquí un extracto de sus interesantes observaciones:


Estados Unidos: un claro ejemplo. Mas frivolidad que estos colores es imposible. Denota una especie de frialdad, que se mezcla a la perfección con su estilo de vida. Transmite un sentimiento de pertenencia pero particular. No dan ganas de “pertenecer” a terceros sino a los propios. Rectitud y sangre fría, típico de un anglosajón.


Alemania: De que otro país pudo salir el termino “Tercer Reich” sino de Alemania con esos colores. Amarillo y Negro, en franjas horizontales. Presenta una rectitud, un orden, un rigor. Si la mezclamos en sus contextos, con todas las demás banderas europeas, es la única que trasmite como una “adultez”, una prestancia de autoridad, parece más “vieja” al resto. Son colores fuertes, duros.

Japón: Quizás las mas singular, la que mejor sirve de ejemplo. De la cultura milenaria, llena de historias fabulosas, de doctrinas características, emerge blanca y apenas un círculo rojo. Con todo su “ostentosa” raíces, dibuja una perfecta simplicidad. Con colores simples, como diciendo “acá estamos, renovados, nuevos, puros”. Y así le sucedió en su historia. Hoy es potencia mundial.


Argentina: Colores sencillos, que pueden no apreciarse. No se distingue en la multitud. Aplacados, tenues (como el pueblo en si vio?). Y cuando resalta parece raro. No hay muchos personajes que trascendieron, pero cuando lo hacen resaltan. Y claro entre tantos colores primarios que un celeste y blanco resalte no es algo casual.


Suecia: Amarillo y Azul, ¿Que mejor mezcla para señalar un país que es sinónimo de perfección?.