jueves, octubre 26, 2006

DESTERRANDO MITOS (parte 1)

Este Blog, como pocas veces, se pone al servicio del lector. Muchos mail llenaron nuestras casillas pidiendo se los asesorara a efectos de dar por terminadas interminables discuciones en charlas de café. Artos quizás de esos seres que se pasan horas con su labia, introduciéndonos en uno de los temas más intrigantes de la humanidad toda: Los Mitos.
Como refutar a aquellas personas que desde años y años vienen a tener taladradas las mentes con prescripciones tales como “no te metas al agua luego de comer porque te puede hacer mal”?. Desde muy jóvenes venimos oyendo a nuestras abuelas, madres, vecinas, tías con lunares con pelos, taxistas, sabelotodos, reporteros del tiempo y ginecólogos varios trasmitiendo mitos basados en experiencias que le sucedieron a primos, de hermanos, del amigo, que tiene como cuñada a la tía del vecino del quiosquero que queda al lado de la gomería del manco que se caso por tercera vez.

Para evitar caer otra vez y otra y otra en la duda acerca de la veracidad de tal o cual mito urbano, “Me Gusta Igual” contacto a Francis Ofward, un reconocido medico, graduado en la Universidad de Cambridge.
Ofward esta radicado en Anaheim, California, desde 1998. Escribio, entre otros libros, “Myth or truth?”, “I swear to you that it is lie” y “To breast mona with green banns”.

Este reconocido medico, dedico gran parte de su vida al estudio del Mito. Su intención es demostrar, mediante métodos empíricos y científicos, la certeza de cientos de dichos mundiales que creaban dudas existenciales.

Mediante una entrevista vía mail, Ofward, accedió a charlar con “Me Gusta Igual”.
Desglosamos entonces a continuación la Primera parte de esta jugosa “charla virtual”.


R. La primer pregunta es acerca de algo que nos genera mucha intriga y casi diríamos estupor ¿Cuan cierto es, señor Ofward, que el que se crispe los dedos y los haga sonar sea un mentiroso?

O. (se ríe) Digamos que es uno de los mitos más antiguos, y el más falso de todos. Aunque interesantemente, en este inciso cabe decir que deviene de una verdad histórica versificada. Sufre lo que en el entorno denominamos un Knegrofie´, que en lenguas antiguas americanas significa: Mal Formación. Esto se debe a que se rescato un actuar de la historia y se lo “banalizo”, se lo desdibujo. Todo arranca en una antigua aldea de Tepehuanes, todos las semana aquellas personas que incurrían en una mentira y eran descubiertas era apresadas. Los viernes por las noches se las sometía, en las calladas noches y bajo la luz de la luna, a la rotura literal de su dedo pulgar (o también llamado gordo) de la mano derecha. Así al otro día, podía el resto de la tribu, visualizar al que entrase en falta por su extremidad descolocada, o también por los gritos de dolor que este pegaba durante todo el sábado y el domingo y el lunes, etc., etc.
Desde entonces el sonar los dedos, ese chasquido tan peculiar que se sentía por las noches al norte de México, se asocia con alguien que ha faltado a la verdad.

R. ¿Qué puede contarnos acerca de la premisa que comenta que la mezcla de vino y sandia genera la muerte?

O. Bueno, veamos, este mito es ciertamente real. No es que morimos de forma instantánea sino que paulatinamente. ¿Cómo se explica esto? El juguito de la sandia en conjunción con el alcohol etílico que tiene el vino genera un ácido imposible de soportar por las paredes de nuestro estomago. De esta forma al mínimo contacto, dichos bordes internos comienzan a derretirse, produciendo hemorragias internas que derivan tarde o temprano en la muerte del sujeto. Verdaderamente la mezcla de vino y sandia es mortal.

R. Hemos oído que si al estornudar uno opta por taparse la nariz puede quedar sordo por la ruptura de los tímpanos. ¿Esto es así?

O. Otra cruel verdad. Resulta que el cuerpo almacena oxigeno en el instante previo del estornudo que sale expulsado a razón de 1.8 W de potencia (algo así como la embestida de 100 ñandúes o la presión de 250 pedos de elefantes al unísono). Por lo cual al no tener como salida la boca o las fosas nasales no tiene mas remedio que ejecutarse desde los oídos, provocando tanta presión que nos hace saltar los tímpanos. Esto en un 90% de los casos, el otra 10% puede ocurrir que el sujeto pierda los ojos. Esto no ocurre con normalidad, pero sucede, sobre todo en paciente de retina débil, tienen los ojos con poca resistencia y no puede sostener la presión, por lo cual, salen despedidos casi como municiones.

R. ¿Es real eso de que uno puede quedar bizco si juega a “ponerse bizco”?

O. Mas de una vez oímos eso, no pongas los ojos así porque un golpe de aire y zas! Te quedas bizco de verdad. Es falso. El ser bizco no es una decisión de nosotros. Eso va más allá. Existe un record, en Boston, de un hombre que permaneció 16 horas haciéndose el bizco frente a 153 ventiladores y al finalizar tenía los ojos más derechos que Bush.

R. Otro mito es uno que reza que si al viajar en avión pegamos un salto, el aparato sigue su recorrido y nosotros (suspendidos en el aire) quedamos hecho trizas sobre el parte del fondo. ¿Es tan así?

O. Otro caso falso. Este mito cayó en 1687, cuando a Isaac Newton se le ocurre descubrir la Ley de la Inercia.

- continuara -