El fanfarrón mata a un león ausente,
pero se asusta de un ratón presente.
Proverbio Inglés
Sucede que a lo largo de la historia, el hincha de fútbol adquiere cierto desprecio por jugadores del clásico rival.
No fui la excepción y la intención es plasmar algunos ejemplos.
Normalmente mi antipatía hacia ciertos deportistas coincidía en el poco talento que estos tenían. Me explico, casos como Francescoli o Alonso me generaban cierto desagrado mas bien caprichoso que justificados. A uno no le cae bien el jugador talentoso simplemente porque están con otra casaca.
Diferente es el caso del que no tiene exquisitez e intenta complacer a los “suyos” mediante la bravura, el coraje inventado, así entonces, pasa a ser tan “hincha” de ese club como demagogo.
A falta de sobresalir con un caño, o una rabona, resplandecen en los clásico merito de sus protestas, su actitud camorrera, son los bien llamados “vende humo”.
Estos personajes son los que más repulsión generaron en mí y la lista (cronológicamente armada) abarca a los siguientes:
Hernán Díaz: su falta de claridad en el juego lo invito a ser relevantes en otros aspectos, tales como exageración en las infracciones, abundancias en las protestas (al punto de parecer más un niño llorón que un jugador de fútbol)
Roberto Trotta: Acá la historia muta de amor-odio (sabemos que el paso entre cada extremo es muy pequeño). En su era con la casaca de Vélez Sarfield, tuvo gran aceptación en mi, incluso me pareció un importante jugador. Pero la falta de técnica hizo que, al vestir la casaca blanca con la franja roja oblicua, necesitara recurrir a otros artilugios (artilugios antes descriptos) para ser “aceptado”. Vendió tanta bravura como derrotas acumuladas. Así entonces, de manera triste, se convirtió lentamente en uno más de esta lista.
David Ángel Comizzo: Fue más perjudicial en su segunda temporada en el club, que durante sus inicios. Mucha palabrería y pocas demostraciones. Mucho hablar el lunes el martes el miércoles el jueves el viernes el sábado y el domingo su boca, sus piernas y sus manos acompañaron con el silencio.
Cristian Nasuti: Este pibito es el actual jugador que menos afecto le tengo, que mas rechazo me provoca. Porque comparte la verborragia de sus antecesores y, lamentablemente por el, también las “desapariciones” en cada uno de los clásicos es copiada al pie de la letra. Muchas menos palabras y más hechos, una máxima que aun no logró comprender.
No fui la excepción y la intención es plasmar algunos ejemplos.
Normalmente mi antipatía hacia ciertos deportistas coincidía en el poco talento que estos tenían. Me explico, casos como Francescoli o Alonso me generaban cierto desagrado mas bien caprichoso que justificados. A uno no le cae bien el jugador talentoso simplemente porque están con otra casaca.
Diferente es el caso del que no tiene exquisitez e intenta complacer a los “suyos” mediante la bravura, el coraje inventado, así entonces, pasa a ser tan “hincha” de ese club como demagogo.
A falta de sobresalir con un caño, o una rabona, resplandecen en los clásico merito de sus protestas, su actitud camorrera, son los bien llamados “vende humo”.
Estos personajes son los que más repulsión generaron en mí y la lista (cronológicamente armada) abarca a los siguientes:
Hernán Díaz: su falta de claridad en el juego lo invito a ser relevantes en otros aspectos, tales como exageración en las infracciones, abundancias en las protestas (al punto de parecer más un niño llorón que un jugador de fútbol)
Roberto Trotta: Acá la historia muta de amor-odio (sabemos que el paso entre cada extremo es muy pequeño). En su era con la casaca de Vélez Sarfield, tuvo gran aceptación en mi, incluso me pareció un importante jugador. Pero la falta de técnica hizo que, al vestir la casaca blanca con la franja roja oblicua, necesitara recurrir a otros artilugios (artilugios antes descriptos) para ser “aceptado”. Vendió tanta bravura como derrotas acumuladas. Así entonces, de manera triste, se convirtió lentamente en uno más de esta lista.
David Ángel Comizzo: Fue más perjudicial en su segunda temporada en el club, que durante sus inicios. Mucha palabrería y pocas demostraciones. Mucho hablar el lunes el martes el miércoles el jueves el viernes el sábado y el domingo su boca, sus piernas y sus manos acompañaron con el silencio.
Cristian Nasuti: Este pibito es el actual jugador que menos afecto le tengo, que mas rechazo me provoca. Porque comparte la verborragia de sus antecesores y, lamentablemente por el, también las “desapariciones” en cada uno de los clásicos es copiada al pie de la letra. Muchas menos palabras y más hechos, una máxima que aun no logró comprender.
PD: Agradezo a Dios que el melli es bostero...
