viernes, agosto 17, 2007

HOMENAJE

La historia Argentina es tan singular que logra cosas que en otras latitudes jamás sucederían.

Entre los miles de ejemplos a narrar optare por elegir la facultad que tiene de volver héroes a los antihéroes y viceversa.

Aprovechando que se cumplen el 157 aniversario de su muerte, hablaremos del General Don José de San Martín y como la historia logro ridiculizar su vida al inmortalizarlo en un hermoso caballo blanco, entre cordilleras con capa y espada.

¿Por qué mentir innecesariamente? ¿Qué fines se buscan al enaltecer a un hombre con engaños? ¿Para que recurrir a estos artilugios si con su obra por si solo se enáltese?


Acaso no seria mejor explicar que pese a tener que cruzar los Andes, enfermo y en camilla, fue una decisión impecable, virtud de su gran capacidad de estratega.

Haber luchado en la metralla goda en San Lorenzo montando un bayo de cola cortada al corvejón o describirlo, en la campaña de los Andes, cabalgar sobre un alazán tostado de cola recortada y tuse criollo o en un zaino negro y de largas crines, tal como recuerda, en sus memorias, el general Espejo, dando por sentado que el famoso “caballo blanco” jamás existió, ¿Lo hace menos héroe?

No es mejor resaltar que en 1814 al ser nombrado Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo, decide no percibir a la mitad del sueldo que por su grado le correspondía, y tampoco acepta que el Cabildo de la Ciudad de Mendoza, le abone la diferencia que dejaba de percibir, no obstante las necesidades por que atravesaba.

No seria mas loable recatar que, después de la gloriosa jornada de Chacabuco, El Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata promueve a San Martín al grado de Brigadier de los Ejércitos de la Patria, ascenso que el Libertador rechaza o recordar que rehusó (dos veces consecutivas) a ocupar el cargo de Director Supremo de Chile, puesto que le ofreciera el mismo pueblo chileno.

No seria mejor para un futuro decirle al niño que luego del triunfo de Chacabuco, recibe del Cabildo de Santiago de Chile, $ 10.000 oro, para gastos de viaje, pero San Martín decide que estos fondos se destinen a la creación de la Biblioteca Nacional en esa capital.

¿No es mejor para la formación de los valores resaltar esto que pintarlo como un personaje de historieta, con su caballo en dos patas y las capa al viento, cuando sabemos que no fue así?

No lo hace mas grande el recordar que pese a ser héroe tuvo miedo, y decidió no desembarca luego de regresar de su exilio por temor a quedar a merced de sus enemigos. (Es que si los legistas rivadavianos fueron capaces de asesinar a Dorrego...).

Y no el miedo del cobarde, sino del hombre ilustre como lo hace saber en una carta a Tomás Guido: "¿Ignora usted por ventura que en el año 23, cuando yo por ceder a las instancias de mi mujer de venir a darle el último adiós, resolví en mayo venir a Buenos Aires, se apostaron partidas en el camino para prenderme como a un facineroso, lo que no realizaron por el piadoso aviso que se me dio por un individuo de la misma administración, ¡y en qué época!, en la que ningún gobierno de la revolución ha tenido más regularidad y fijeza? ¿Y después de estos datos, no quiere usted que me ponga a cubierto, no por mi vida, que la sé despreciar, pero sí de un ultraje que echaría un borrón sobre mi vida pública?".

En estas épocas donde carecemos de gestos, al menos, similares. En momentos donde los valores parecen desgranarse de a poco y las convicciones se rompen como papel. En años donde los ideales son tan corruptibles, seria bueno comentarles a los jóvenes que pese a ser un excelente militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú decidió terminar sus últimos años exiliado, lejos de su patria, enfermo y apenas acompañado de su hija Mercedes, sus nietas y de su yerno Manuel Balcarce.

Porque entendemos que resaltar las virtudes de un hombre, lo enaltece más que pintarlo como algo que nunca fue, queríamos rendir este humilde homenaje a uno de los pocos Héroes con mayúsculas que pisaron este suelo.

Al estratega, al honrado, al militar, al hombre. Salud.