martes, abril 11, 2006

INFANCIA


He llegado por fin a lo que
quería ser de mayor: un niño.

Joseph Heller


Hay cosas que uno no puede evitar. Me corrijo, hay cosas que yo no puedo evitar. Entre ellas tener que renunciar a acciones propias de infantes, en las puertas de la adultez.
No digo que me tomo la vida y mis cosas a la ligera, pero tampoco puedo no reírme con el Chavo del 8, por caso. Hago muchas cosas que no acuerdan (según esas teorías prehistóricas, insostenibles y patéticas) con el “proceder adulto”.

No puedo evitar mirar la Pantera Rosa, pero acaso alguien puede no sentir que se muere de risa, al ver la pantera en el capitulo de la motito? (el mejor de todos por supuesto). Imposible. Tampoco con Sherk, la Era del Hielo (la dos es IM-PE-CA-BLE), y todos los productos dirigidos a edades (por convención) minúsculas.

Tengo un pequeño adentro y no quiere salir. Tampoco pujo para expulsarlo, amo vivir con el. La pregunta es porque suena tan extraño eso.

Se que la sociedad se rige de conductas morales pasadas de modas. Creo que hay demasiados preceptos de “buena educación” que a la luz de la verdad, fallaron o dejan mucho que desear. La sociedad adulta de hoy no deja demasiado lugar para la duda, creo que “no silbar en la mesa” no evita que seas un ladrón.

El horizonte que me separa de mi primer hijo (por suerte) no esta tan lejos, este ultimo tiempo se viene acercando a pasos agigantados. Pienso en ello y creo que no encontrara solo un padre sino un compañero de juegos. No podré evitar comprarle aquél juguete que primero sea encantador para mis ojos. Cualquier muñeco de colección pasara mas tiempo en mi mano que en las de el (al menos hasta que tenga edad de pegarme y pueda quitarlo).

No se porque salio este tema a la luz, tampoco se porque lo estoy tipeando para que alguien lo lea.
Como sea, si quieres tomar chocolatada mientras miramos los Cazafantasmas (los posta no esa versión nuevita onda anime) llámame, estaré en casa.